En el Marco de la VII Feria del Libro Usado y Antiguo de Guadalajara. Contando con la presencia de Griselda Cruz, heredera y testigo del legado del Gran Maestro José G. Cruz. Celebrándose el día 15 de Noviembre del 2016, en las inmediaciones del Palacio Municipal de Guadalajara, México.
La Sra. Griselda Cruz, quien en su candidez y amabilidad, al compartir sus testimonios y recuerdos, se confirma la genialidad de José G. Cruz, como padre de familia, como persona, editor, artista de cine, guionista, empresario. Influencia y Tutor de todo un Genero y hoy renombrados dibujantes, creador de técnicas y de personajes entrañables de la cultura popular, siendo el mismísimo "Santo, El Enmascarado de Plata" uno de esas aportaciones, que nace de la Historieta y llega a conocerse mundialmente en la Pantalla de Plata, el Cine.
Se agradece nueva e infinitamente a la Sra. Griselda Cruz, el permiso para publicar y divulgar la transcripción de unas cuartillas mecanografiadas, una auto-biografía por parte del mismo José G. Cruz, dedicadas a su hija y heredera universal. Espero la disfruten y sirva para que se den una idea de la persona que fue en vida este multi-disciplinario Creador. Además, que sirva como un espejo en donde nos podamos ver donde estamos parados en el tema de la historieta en México.
José G. Cruz nació
en Teocaltiche, Jalisco, cabecera del Onceavo Cantón, el 31 de Enero de
1917. Desde los primeros años hay una
marcada inclinación por el dibujo, dedicándose a copiar estampas y cuentos, lo
que hace pensar en una posible manifestación artística, haciendo creer a sus
padres que el muchacho algún día abrazara la carrera del sacerdocio.
A los 7 años, la familia se traslada a Aguascalientes, donde estudia en el Colegio Alcalá sin llegar a terminar la instrucción primaria completamente. La Revolución Cristera obliga a la familia a salir del país, radicándose temporalmente en California, E.U., en donde José G. Cruz recibe su primer gran estimulo al ganar un premio especial en el concurso de Arte que organizo el Condado de Orange durante sus celebraciones anuales. El premio consistió en un cheque, un pase para el cine, y una expresiva carta llena de estimulantes conceptos por los organizadores.
Al regreso a México, vuelve a Aguascalientes, y su inquietud interior lo hace dejar la provincia para trasladarse a la capital, a donde llega el 7 de Enero de 1934 con solo $45 pesos y muchas ambiciones. Naturalmente que aquellos pocos pesos, solo duran 4 o 5 días. Vive en un cuarto de estudiantes para ahorrar dinero. Trabaja en el mercado de la Lagunilla pintando letreros y los precios de las telas con tinta de escuela. A veces comía, pero frecuentemente se la pasaba en blanco. Empieza a contactarse con talleres y estudios de dibujo comercial. Va adquiriendo conocimientos en el ramo de publicidad, pinta portadas para libros, dibujos para catálogos, etc.
La Sra. Griselda Cruz, quien en su candidez y amabilidad, al compartir sus testimonios y recuerdos, se confirma la genialidad de José G. Cruz, como padre de familia, como persona, editor, artista de cine, guionista, empresario. Influencia y Tutor de todo un Genero y hoy renombrados dibujantes, creador de técnicas y de personajes entrañables de la cultura popular, siendo el mismísimo "Santo, El Enmascarado de Plata" uno de esas aportaciones, que nace de la Historieta y llega a conocerse mundialmente en la Pantalla de Plata, el Cine.
Se agradece nueva e infinitamente a la Sra. Griselda Cruz, el permiso para publicar y divulgar la transcripción de unas cuartillas mecanografiadas, una auto-biografía por parte del mismo José G. Cruz, dedicadas a su hija y heredera universal. Espero la disfruten y sirva para que se den una idea de la persona que fue en vida este multi-disciplinario Creador. Además, que sirva como un espejo en donde nos podamos ver donde estamos parados en el tema de la historieta en México.
BIOGRAFÍA DE JOSÉ G. CRUZ
A los 7 años, la familia se traslada a Aguascalientes, donde estudia en el Colegio Alcalá sin llegar a terminar la instrucción primaria completamente. La Revolución Cristera obliga a la familia a salir del país, radicándose temporalmente en California, E.U., en donde José G. Cruz recibe su primer gran estimulo al ganar un premio especial en el concurso de Arte que organizo el Condado de Orange durante sus celebraciones anuales. El premio consistió en un cheque, un pase para el cine, y una expresiva carta llena de estimulantes conceptos por los organizadores.
Al regreso a México, vuelve a Aguascalientes, y su inquietud interior lo hace dejar la provincia para trasladarse a la capital, a donde llega el 7 de Enero de 1934 con solo $45 pesos y muchas ambiciones. Naturalmente que aquellos pocos pesos, solo duran 4 o 5 días. Vive en un cuarto de estudiantes para ahorrar dinero. Trabaja en el mercado de la Lagunilla pintando letreros y los precios de las telas con tinta de escuela. A veces comía, pero frecuentemente se la pasaba en blanco. Empieza a contactarse con talleres y estudios de dibujo comercial. Va adquiriendo conocimientos en el ramo de publicidad, pinta portadas para libros, dibujos para catálogos, etc.
Un día se
encuentra empleado en “La Fosforera S.A.”, dibujando las carteritas para los fósforos. Durante los 3 días que le dieron de
vacaciones, se conecta accidentalmente con Editorial Sayrols, donde hace su
debut en la historieta, con algo que resulta mucho mejor no recordar… “El
Doctor Renton”, argumentada esta historia por un escritor español llamado Don
Aureliano de Cámara. La historieta se
iniciaba y cualquier mediocridad podía defenderse de aquella época
heroica. La mas grande admiración de
Cruz era hacia dos figuras, el norteamericano Milton Caniff y el mexicano
Alfonso Tirado, verdadero impulsor y pionero de la historieta mexicana como
industria, hombre de visión insospechada a quien todos actualmente le debemos,
lo que en diferentes categorías, hemos podido hacer en esta línea.
Aun no se ha dado
a Tirado, el sitio que en justicia le corresponde, y los dibujantes mexicanos
tienen el deber de reconocerlo en forma oficial y pública, como el padre de la
moderna historieta mexicana.
De Editorial Sayrols, pasa José G. Cruz a
Editorial Juventud y debuta en Paquito con una historieta llamada “El Beso de
la Muerte”. Después hace para Pepín “Los
Hermanos Landers”, “Brenty”, “Juan Sin Miedo”, “Nancy”, “El Monje Negro”, etc.
Surge su más
grande hit por aquella época, “Adelita y las Guerrillas”. Es invitado por Cerveza Monterrey para
aparecer en un célebre programa “Consagrados por la Fama”.
Inspirado por las
ideas de Alfonso Tirado que hacia ensayos en medio tono en el “Flechador del
Cielo”, Cruz piensa en la realización en serio de un nuevo tipo de historieta y
trata de evolucionar la nueva fórmula de acción, por otra más humana y mas
adaptada a nuestra idiosincrasia latina, especialmente la mexicana. Es entonces cuando surge la innovación más
trascendental a la novela con perfiles humanos y realistas que tiene un
principio y un fin. Son novelas de dos o
tres meses y dibujadas completamente en medio tono. La primera en esta línea fue “Ocaso”,
siguiéndola “Polvo de Estrellas”, “Ventarrón”, etc.
Buscando nuevas
modalidades, Cruz planea en darle más realismo a la historieta y crea el
FOTOMONTAJE, revolucionando en forma definitiva la técnica mundial de la
historieta. Actualmente, en Argentina,
Italia, Francia, Estados Unidos, y México.
Se sigue con este sistema sin haya sido posible mejorarlo ni darle el
menor cambio novedoso. Generalmente, los
que siguen este sistema son los viejos ayudantes y colaboradores de Cruz,
quienes a su vez preparan y lanzan nuevos valores en esta línea.
Cruz tiene una
nueva idea, publicar en tomos completos todas aquellas historias que ya el
publico había visto en las revistas diarias y continuadas. Propone a José García Valseca el lanzamiento
de “Tango” (otra historia dibujada completamente en medio tono). Se reciben más de $50,000 pesos de lectores
que quieren apartar su libro. Valseca
decide que no es el momento de hacer tal innovación y le regresa el dinero a
los lectores. Posteriormente esta idea,
que había sido abandonada, fue revivida por Sealtiel Alatriste, quien la
propuso a Novedades, siendo ellos los que la llevaron a la realidad. Naturalmente que lanzaron libros completos,
pero con Publicaciones Herrerías, sin tomar en cuenta al que lanzo dicha
idea. Buscando nuevos planes para hacer
costeable y rápida la realización de las historieta de líneas, Cruz resuelve
crear sus series dibujadas, consistentes en dibujar de dos a trescientas caras
de un solo personaje con toda la gama básica de expresiones y luego imprimir
dichas series en cinco o seis tamaños que fluctúan desde los 15 centímetros
hasta 1 centímetro. Esto, naturalmente
que representaba una inversión casi increíble y llego a invertirse cerca del
millón de pesos en crear un archivo básico para poder dar forma y vida a esta
nueva modalidad. Por estas fechas,
alguien había creado a su vez un sistema a base de sellos de goma, imprimiendo
las caras de los personajes en los cartones y luego entintándolos con tinta
china a mano después. En realidad, hay
mucha similitud en el sistema, con la diferencia de que el sello de goma era más
limitado y su campo, desde luego más estrecho.
Con “Santo, El
Enmascarado de Plata”, José G. Cruz revoluciono por completo los viejos
sistemas seguidos por Pepín y Chamaco, al extremo de precipitar la decadencia
de estas dos revistas que parecían inmovibles.
Naturalmente, siguieron las copias y las imitaciones. Surge “El Medico Asesino”, “Blue Demon”,
etc. Revistas hechas por los propios
ayudantes de Cruz, con esa peculiar deslealtad de los envidiosos e ineptos. Surge una ola de publicaciones bajo los
nuevos formatos y las ideas que Cruz lanzo a través de la Editora.
Ediciones José G. Cruz.
Bajo esta firma
comercial salen al mercado la revista semanaria “Muñequita”, el semanario “La
Pandilla”, el semanario “Adelita y las Guerrillas”, “Apariciones”, “Canciones
Inolvidables”, etc. No todas fueron el
éxito que se esperaba, el mercado estaba saturado y la competencia y el choteo
habían llegado a su punto culminante, haciendo difícil el manejo público.
Todo mundo que tenía
unos cuantos pesos, se constituyó de inmediato de “Editor”. Esto trajo como consecuencia la confusión de
todos los públicos y el natural repudio de las revistas. Surge la ola de la pornografía, encabezada
por Mario, Salas, etc. Esto provoco la
intervención de la Secretaria de Educación y una serie de procesos, acabando
por desprestigiar casi por completo a la historieta mexicana.
Pasada esta
tormentosa situación, la industria de la historieta empieza a ganar terreno
lenta y paulatinamente, y así llegamos a 1961, en que de hecho, solo tres o
cuatro Editoras serias controlan de hecho la situación. Algunos aventureros soñadores, aun se lanzan
a la lucha, pero sus escasos recursos los echan a fracasar tarde o temprano
para ir depurándose en el campo y haciendo resaltar a valores incuestionables
como Germán Butze, un Vargas, o un Gutiérrez.
La Época Heroica
de la historieta con sus pioneros y sus soñadores románticos ha pasado a la
historia. Al público ya no se le engaña
fácilmente como cuando se inicio esta industria, y es por eso que muchos han
tenido que irse eliminando por sí mismos, refugiándose en diferentes
actividades y recordando con añoranza los días en que creían ser figuras.
En su progreso
incontenible, la civilización exige nuevas modalidades. Algunos tienen la clara visión y el sentido
común necesario para acomodarse y rimar con su época, y las nuevas generaciones. Otros, siguen aferrándose a los viejos
sistemas.
¿Sabremos
interpretar al público por mucho tiempo más? ¿Surgirá otra camada de creativos
que vuelvan a llevar a la historieta mexicana a las alturas maravillosas de
1944?
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