El término "narrativa gráfica" permite enfocarnos en dos ideas esenciales: gráfico, una forma visual compuesta y no-animada, y narrativa, una historia creada.
Scott McCloud señala la capacidad humana de reconocer caras en formas sugestivas o abstractas, es una forma de reconocimiento y habilidad de proyectar nuestra propia imagen en dichas formas, estas proyecciones en las formas nos mantienen conectados con nuestra propia identidad.
La narrativa gráfica nos facilita la lectura en una dirección en particular, esta debe ser compuesta de tal manera que el ojo del lector se mueva sencillamente de una acción a otra. Esta estrategia de composición en la conexión entre los elementos visuales, son llamados "trayectorias". La trayectorias proveen una manera para que el lector ordene la información de la composición en una secuencia jerárquica en relación a su importancia. La convención del globo de diálogo cuenta con una larga historia que puede ser rastreada hasta los tiempos medievales, cuando estos eran llamados filacteria o banderilla.
Literatura fue el primer concepto en la cultura humana para establecer la idea de los signos pudieran ser ordenados en una deliberada secuencia y forma entorno a la gramática. La caricatura ayudó a la especialización del lenguaje visual del arte de narrativo. Un tercer y final aspecto del desarrollo de la narrativa gráfica es la representación de una acción secuencial.
Literatura y caricatura empujaron las narrativas gráficas a evolucionar cada vez más en las formas plásticas dentro del flujo de la comunicación hacia las experiencias sobre el tiempo.
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