
Padre del travieso Memín Pingüín, amable y noble caballero del lápiz y el pincel, que más de alguna vez nos arranco una sonrisa, una lagrima, ya se encuentra en estos momento trazando amaneceres en la eternidad.
No me queda más que compartir, en forma de tributo, una pieza que si en vida del Maestro la apreciaba, hoy con mayor orgullo es pieza testigo del paso en mi vida del legado Sixto Valencia.
Q.D.E.P.
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